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Porque quiero más día a día

Y hoy es

viernes, 25 de septiembre de 2009

Antonio Machado


Antonio Machado
(1875-1939)


Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero.

Las moscas


Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
¡Oh, viejas moscas voraces,
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
- que todo es volar -, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales…



Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
de siempre… Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.

La Escuela Normal

















Caminaba agitando sus largas y prolijas trenzas. Con pasos seguros recorría el sendero que la llevaba al pueblo, lo reconocía sin dudas pese a sus siete años recién cumplidos, iba sorteando piedras y espinos que sus pies descalzos podrían lastimar.

Era menuda, vivaz, con su mirada esquiva de niña criada en el monte que recorría a lomo del caballo que con su hermano a la siesta salía a montar. Siestas de juegos, de risas, de tallar las iniciales de ambos en las cortezas de los árboles: E y R. De charlas confidentes y aventuras que casi siempre terminaban con la reprimenda de la abuela que adivinaba sus travesuras.

Y atravesaba la plaza con pasos ligeros, ya estaba a la vista, faltaba poco. La esperada ceremonia de todos los días. El frente de la Escuela Normal se mostraba ante sus ojos vivaces y deslumbrados como la primera vez que lo vio, gigante en dimensiones e importancia.

Como todos los días, su pensamiento se alejó en el tiempo y se vio con el guardapolvo blanco y sus trenzas negras subiendo las escaleras y entrando a ese mundo de letras, historia, sueños y poesía de donde saldría un día convertida en maestra. Pero era tarde y la señora no quería esperar, había mucho por hacer en esa casa donde ella era la chinita que ayudaba en los quehaceres.

El tiempo pasó y las puertas de la Escuela Normal siguieron cerradas para ella, pero jamás abandonó su sueño… alguna vez iba a poder estudiar.
Y cortó sus trenzas con moños azules que guardó en un cofre, junto con la infancia que había perdido.

Sentada en la máquina, mientras cosía guardapolvos blancos, y juntaba ahorros para los que ya éramos cuatro para alimentar, no abandonaba los pensamientos que la habían acompañado toda su vida.

Y pedaleaba con la fuerza de sus convicciones y sus anhelos, y en cada puntada la realidad que golpea a los débiles, tomaba sus manos y la acercaba a sus sueños hasta hacerlos cumplir: yo, su hija, soy Maestra.

Cris

martes, 22 de septiembre de 2009

Mario Benedetti

Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920 en Paso de Los Toros.
Recibió la formación primaria y secundaria en Montevideo y a los dieciocho años se trasladó a Buenos Aires donde residió por varios años. En 1945 formó parte del famoso semanario «Marcha» donde se formó como periodista, colaborando allí hasta 1974.
Ocupó el cargo de director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Montevideo.
Desde 1983 se radicó en España donde permanece la mayor parte del año. Obtuvo el VIII Premio Reina Sofía de Poesía y recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante.
Su vasta producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, cuentos y ensayos, traducidos en su mayoría a varios idiomas.
De su extensa obra se encuentran entre otros, la novela «Gracias por el fuego», «El olvido está lleno de memoria», y los poemarios, «Inventario Uno» e «Inventario Dos».
Falleció en Montevideo en mayo de 2009.














Yo no te pido


Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegará
y del presente
qué le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.


Almafuerte


Una de las principales calles de mi ciudad lleva su nombre y una estatua en la plaza lo perpetúa en la piedra, quizás sea un pobre reconocimiento a quien habiendo nacido en San Justo, provincia de Buenos Aires, como Pedro Bonifacio Palacios es recordado con el vibrante seudónimo de Almafuerte.
En su producción muestra espontaneidad, apasionamiento y un permanente afecto por lo popular y los humildes. Su obra puede agruparse en tres volúmenes: poesías, Evangélicas y Discursos. Algunas de sus poesías alcanzaron popularidad como El Misionero, Vencidos, Jesús, Confiteor Deo, Piú Avanti, La Inmortal y Milongas Clásicas



¡Avanti!

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!

¡Piu Avanti!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

sábado, 19 de septiembre de 2009

José Martí


Está llegando la primavera, y como todos los años mi jardín renace y regala colores y perfumes nuevos. Las plantas se renuevan continuamente, algunas son de estación, otras envejecen, están las que no se adaptaron al clima o la ubicación, así que siempre hay nuevas incorporaciones. Esta vez la planta elegida entre todas las del vivero fue un rosal blanco. Siempre me gustaron las rosas blancas y recordé con emoción los inolvidables versos de José Martí que las nombran.

José Martí
(1853-1895)

Patriota y escritor cubano, apóstol de la independencia de Cuba, última colonia española en América. El hecho de haber muerto en la batalla lo transformó en el mártir de las aspiraciones cubanas a la independencia.
Nació en el seno de una modesta familia española en la Habana, el 28 de enero de 1853, donde recibió su educación primaria. Fue discípulo de Mendive y de Luz y Caballero. A los 16 años por sus ideas revolucionarias fue condenado a seis años de prisión. Con la salud quebrantada, fue indultado y confinado en la isla de Pinos. Deportado a España en 1871, publicó El presidio político en Cuba, el primero de muchos folletos que abogaban por la independencia cubana de España y La República Española ante la Revolución Cubana. Terminó su educación en la Universidad de Zaragoza; donde en 1874 se licenció en Derecho y Filosofía y Letras. Años más tarde, vivió su destierro en Francia, en 1875 se trasladó a México donde se casó con Carmen Zayas Bazán, y en 1877 fue a Guatemala, donde enseñó por un tiempo en la Universidad Nacional.
Volvió a Cuba en 1878 pero fue desterrado nuevamente en 1879 por sus continuas actividades revolucionarias.
Se trasladó a EE.UU. donde vivió entre 1881 y 1895 en Nueva York, ejerció el periodismo y fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, del que fue elegido delegado para la organización de la lucha independentista. Fue ese año cuando fundó su diario, "Patria".
En 1895 en la isla de Santo Domingo redactó el Manifiesto de Montecristi, en el que predicó la guerra sin odio, y que firmó con Máximo General Gómez y Baez, el héroe de la independencia cubana. Desembarcó con éste en Playitas, en el este de Cuba, donde murió un mes más tarde, el 19 de mayo de 1895, durante una escaramuza con tropas españoles en Dos Ríos.
Como escritor Martí fue un precursor del modernismo iberoamericano. Sus escrituras incluyen numerosos poemas, "Ismaelillo" (1882), "Versos sencillos" (1891) y "Versos libres" (1892), la novela "Amistad funesta" (1885) y ensayos.
En 1889 fundó y dirigió la revista para niños "La edad de oro" donde publicó un texto sobre San Martín.
Se destacó por su estilo fluido, simple y su vívidas imágenes personales. Sus Obras Completas, formadas por 73 volúmenes, se publicaron desde 1936 a 1953.

Cultivo una Rosa Blanca

Cultivo una rosa blanca
En Junio como en Enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.


Versos Sencillos

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez –en la reja,
A la entrada de la viña.—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: --cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.

.............................

¿Habré, como me aconseja
Un corazón mal nacido,
De dejar en el olvido
A aquel que nunca deja?
¡Verso, nos hablan de un Dios
A donde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos,
O nos salvamos los dos!

Seja ben-vindo se for de paz pode entrar

Jorge Amado















Jorge Amado nasceu na fazenda Auricídia, em Ferradas, município de Itabuna. Filho do "coronel" João Amado de Faria e de Eulália Leal Amado, foi para Ilhéus com apenas um ano e lá passou a infância e descobriu as letras. A adolescência ele viveria em Salvador, no contato com aquela vida popular que marcaria sua obra.

Aos 14 anos, começou a participar da vida literária de Salvador, sendo um dos fundadores da Academia dos Rebeldes, grupo de jovens que (juntamente com os do Arco & Flecha e do Samba) desempenhou importante papel na renovação das letras baianas. Entre 1927 e 1929, foi repórter no "Diário da Bahia", época em que também escreveu na revista literária "A Luva".

Estreou na literatura em 1930, com a publicação (por uma editora carioca) da novela "Lenita", escrita em colaboração com Dias da Costa e Édison Carneiro. Seus primeiros romances foram "O País do Carnaval" (1931), "Cacau" (1933) e "Suor" (1934).

Jorge Amado bacharelou-se em ciências jurídicas e sociais na Faculdade de Direito no Rio de Janeiro (1935), mas nunca exerceria a profissão de advogado. Em 1939, foi redator-chefe da revista "Dom Casmurro". De 1935 a 1944, escreveu os romances "Jubiabá", "Mar Morto", "Capitães de Areia", "Terras do Sem-Fim" e "São Jorge dos Ilhéus".

Em parte devido ao exílio , Jorge Amado viajou pelo mundo e viveu no Uruguay e na Argentina (1941-2) e, depois, em Paris (1948-50) e em Praga (1951-2).

Voltando para o Brasil , redigiu a seção "Hora da Guerra" no jornal "O Imparcial" (1943-4). Mudando-se para São Paulo, dirigiu o diário Hoje (1945). Anos depois, no Rio, participaria da direção do semanário "Para Todos" (1956-8).

Em 1945, foi eleito deputado federal por São Paulo, tendo participado da primeira Câmara Federal posterior ao Estado Novo. Nessa condição, foi responsável por várias leis que beneficiaram a cultura. De 1946 a 1958, escreveria "Seara Vermelha", "Os Subterrâneos da Liberdade" e "Gabriela, Cravo e Canela".

Em abril de 1961, foi eleito para a cadeira número 23 da Academia Brasileira de Letras (sucedendo a Otávio Mangabeira). Na década de 1960, lançou os romances "A Morte e a Morte de Quincas Berro d'Água", "Os Velhos Marinheiros, ou o Capitão de Longo Curso", "Os Pastores da Noite", "Dona Flor e Seus Dois Maridos" e "Tenda dos milagres". Nos anos 1970, viriam "Teresa Batista Cansada de Guerra", "Tieta do Agreste" e "Farda, Fardão, Camisola de Dormir".

Suas obras foram traduzidas para 48 idiomas. Muitas se viram adaptados para o cinema, o
teatro, o rádio, a televisão. Seus últimos livros foram "Tocaia Grande" (1984), "O Sumiço da Santa" (1988) e "A Descoberta da América pelos Turcos" (1994).

Além de romances, escreveu contos, poesias, biografias, peças, histórias infantis e guias de viagem. Zélia Gattai, sua esposa, é autora de "Anarquistas, Graças a Deus" (1979), "Um Chapéu Para Viagem" (1982), "Senhora Dona do Baile" (1984), "Jardim de Inverno" (1988), "Pipistrelo das Mil Cores" (1989) e "O Segredo da Rua 18" (1991). O casal teve dois filhos: João Jorge, sociólogo e autor de peças infantis; e Paloma, psicóloga.

Jorge Amado morreu perto de completar 89 anos, em Salvador. A seu pedido, foi cremado, e as cinzas , colocadas ao pé de uma árvore (uma mangueira) em sua casa.


Dona Flor e seus dois maridos

Dona Flor e Seus Dois Maridos foi publicado em 1966. Também se tornou muito conhecido devido a uma versão cinematográfica, que até hoje é o maior público do cinema nacional de todos os tempos, com 11 milhões de espectadores.

Alternando palavras e descrições extremamente realistas da vida boêmia da Salvador dos anos 40, com passagens mais amenas sobre comida e remédios, o livro é um extenso e nostálgico painel do cotidiano e do passado da vida baiana.



Tieta do Agreste

Tieta do Agreste é outro entre os mais conhecidos livros de Jorge Amado. Também teve filme, estrelado por Sônia Braga. Além disso, uma novela da Globo em 1989, com Betty Faria no papel principal. Foi publicado em 1977.

O livro apresenta uma situação dramática clássica: a da mulher que volta rica e poderosa à cidade de onde fora expulsa 26 anos antes, quando ainda era adolescente. À sua volta estão típicos representantes do interior baiano, lutando pela sobrevivência, defendendo ou resistindo a preconceitos, almejando pequenas ambições e que compõem um painel vivo dos conflitos provincianos que antecedem a chegada de sinais de progresso – e suas conseqüências.


Mar Morto

Mar Morto é um romance publicado em 1936. O livro trata do nascimento, vida e morte do personagem Guma, que o autor descreve como sendo uma história que se conta nos cais baianos, uma lenda, como ele mesmo diz no final do livro: “assim contam os homens do mar”.

Mar Morto serviu de base para uma adaptação da obra de Jorge Amado para a TV, a novela Porto dos Milagres, com Marcos Palmeira no papel de Guma. Além de Mar Morto, também fez parte da adaptação o romance A Descoberta da América Pelos Turcos. A novela teve grande sucesso quando foi exibida.


Capitães da Areia

Publicado em 1937, o livro retrata a vida de menores abandonados, os “capitães da areia”, nome pelo qual eram conhecidos os “meninos de rua” na cidade de Salvador dos anos 30. Escrito em três partes, com uma sequência de pseudo-reportagens, o romance é um dos mais lidos de Jorge Amado. Capitães da Areia é frequentemente citado como o melhor romance do autor baiano.


Gabriela, cravo e canela

Gabriela, Cravo e Canela foi publicado em 1958. A obra é um retorno ao chamado ciclo do cacau. Ao citar o universo de coronéis, jagunços, prostitutas e trambiqueiros de calibre variado, que desenham o horizonte da sociedade cacaueira. Na década de 20 na então rica e pacata Ilhéus desenrola-se o drama, que acaba por tornar-se uma explosão de folia e luz, cor, som, sexo e riso.

Também adaptado para o cinema e para a televisão, Gabriela tornou-se um mito independente de seu autor, na figura sensual de Sônia Braga (que estrelou a versão para cinema e a novela da Globo, em 1975).






viernes, 18 de septiembre de 2009

LLueve


Llueve sobre Buenos Aires, lejos de la melancolía que una mañana solitaria trae, el rumor del viento en la ventana y ese palpitar de vida sobre las hojas en el jardín bendicen este día para mí. Aunque esta lluvia sea furiosa y el viento golpee con fuerza, aquí estoy lista para emprender un nuevo día.
Y salgo apretando fuerte el paraguas que el viento quiere hacer volar en su juego tenaz. Camino las calles y veredas que me llevan a la escuela, sorteando charcos a paso tranquilo, mientras la lluvia que se hizo llovizna, me moja la cara y me trae una balada de otoño, aunque esté por llegar la primavera... Serrat, siempre Serrat...

BALADA DE OTOÑO


Llueve.
Tras los cristales,llueve, llueve.
Sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo,
y el suelo se fue abrigando de hojas.
Se fue vistiendo de otoño.

La tarde que se adormece,
parece
un niño que el viento mece
con su balada de otoño...

Una balada de otoño.
Un canto triste de melancolía
que nace al morir el día.
Una balada de otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento,
y a veces viento.

Llueve.
Tras los cristales llueve, llueve (etc)

Te podría contar
que está quemándose el último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa, doy
todo lo que soy,
porque estoy solo y tengo miedo...

Si tú fueses capaz
de ver los ojos tristes de un lámpara y hablar
con esa porcelana
que descubrí ayer,
y, que por un momento,
se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado,
volverás a mi lado.

Se va la tarde, y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada de otoño...






jueves, 17 de septiembre de 2009

Miguel Hernández

El poeta en la cárcel

En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles: Sevilla, Madrid. Difícil imaginarnos la vida en las prisiones en los meses posteriores a la guerra. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad. Fatídicamente, arrastrado por el amor a los suyos, se dirige a Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. El poeta -como dice lleno de amargura- sigue "haciendo turismo" por las cárceles de Madrid, Ocaña, Alicante, hasta que en su indefenso organismo se declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible. Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.

Extraido de:los-poetas.com



EL HERIDO

I
(...)

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha, (1938-39)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Quiero




Quiero ser positiva, quiero vivir en paz, quiero alejarme de los problemas, de los malos pensamientos, de los rencores, de las mezquindades, porque es todo eso lo que nos enferma y nos acorta la vida.
Quiero disfrutar de Jo, de la bendición que son mis hijos y mi nieto, de la risa de Diego, de la incondicionalidad de mi mamá y mis hermanos, de los mates de Andrea y las reuniones de toda la familia, del café con mis amigas y esas charlas que no acaban, de mi casa, mi jardín, de los paseos por la playa y las comidas, de una interesante película, un buen libro o de perderme en mil recuerdos, de cocinar para todos los que amo, de tender la ropa al sol, de ir a la escuela y seguir sembrando, de navegar en internet y escuchar a Caetano, de intentar un nuevo idioma y jugar al rummy, de caminar nuevos senderos y seguir visitando los lugares que me quedaron en el alma, de todo lo que la vida me vaya presentando, quiero disfrutar.

martes, 15 de septiembre de 2009

Abrazo





Muda mi cabeza,

su rara luz se ciega.

Cansados resplandores

en su miedo ignoran

que en tímida inconciencia

la cruel memoria acosa.

Quiebra tu aliento

la confusión malsana

por fin el juicio gana,

acaricia tu palabra el miedo

que herido de vergüenza

huye hacia tu azul abrazo.


Cris, marzo 2006

domingo, 13 de septiembre de 2009

Caetano Veloso

Quiero comenzar la semana escuchando a Caetano, el impresionante cantante baiano interpretando Sozinho de Peninha. Gosto muito dele.


Sozinho
Caetano Veloso


Às vezes, no silêncio da noite
Eu fico imaginando nós dois
Eu fico ali sonhando acordado, juntando
O antes, o agora e o depois
Por que você me deixa tão solto?
Por que você não cola em mim?
Tô me sentindo muito sozinho!

Não sou nem quero ser o seu dono
É que um carinho às vezes cai bem
Eu tenho meus segredos e planos secretos
Só abro pra você mais ninguém
Por que você me esquece e some?
E se eu me interessar por alguém?
E se ela, de repente, me ganha?

Quando a gente gosta
É claro que a gente cuida
Fala que me ama
Só que é da boca pra fora
Ou você me engana
Ou não está madura
Onde está você agora?

Quando a gente gosta
É claro que a gente cuida
Fala que me ama
Só que é da boca pra fora
Ou você me engana
Ou não está madura
Onde está você agora?

Esta canción forma parte de Prenda Minha. Cliqueá la imagen para acceder a los otros temas del album


Prenda Minha
1998 - Universal







jueves, 10 de septiembre de 2009

Alejo Carpentier

Carpentier, como él mismo se considera, era un hombre de su tiempo. Decidió abordar la realidad americana descubriendo en todo su fantástica existencia la majestuosidad de un continente donde lo maravilloso podría encontrarse a cada paso, desde la incontenible Haití, hasta el Gran Río (Orinoco), incluyendo, por supuesto, toda la riqueza expresiva de Cuba y el Caribe, escenarios principales de sus novelas.
Escritor universal, proporcionó con su apropiación de América, a través de lo real maravilloso y su escritura barroca, una nueva línea creadora que lo hacen trascender en su narrativa, indicando nuevos caminos en la novela latinoamericana. Periodista, músicólogo, crítico de arte, permitió una comunicación entre el Viejo Continente y América en materia de cultura.
Nace el 26 de diciembre de 1904 en la calle Maloja, La Habana. Su padre, Jorge Julián Carpentier, francés, arquitecto; su madre, Lina Vamont, profesora de Idiomas, de origen ruso. Desde muy pequeño tiene inclinaciones hacia la música. Sus primeros años lo pasa en una finca en las afueras de la ciudad. En 1917 ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y estudia teoría musical. Ya en 1921 preparó su entrada en la escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana, aunque abandona los estudios con posterioridad. Su vinculación al periodismo comienza en 1922 en La Discusión, una carrera que lo va a acompañar por el resto de su vida. Integra el Grupo Minorista en 1923 y forma parte de la Protesta de los Trece. Es en 1927 firma el Manifiesto Minorista y en julio de este mismo año sufre prisión por siete meses, acusado de comunista. Protagoniza en 1928 una sorprendente fuga a Francia con pasaporte del poeta francés Robert Denos. En Francia trabaja como periodista, colabora con importantes publicaciones y es el momento en que decide estudiar a profundidad América, hecho que le toma ocho años de su vida. Escribe libretos para ballet. Comienza su trabajo en la radio en Poste Parisien, la estación más importante de la época en París. Publica en Madrid su primera novela ¡Écue-Yamba-O! De 1933 a 1939 dirige los estudios Foniric. En 1939 regresa a Cuba y produce y dirige programas radiales hasta 1945. En 1942 es seleccionado el autor dramático del año por la Agrupación de la Crónica Radial Impresa. Viaja a Haití con su esposa Lilia Esteban y Louis Jover; fue un viaje de descubrimiento del mundo americano, de lo que llamó lo real maravilloso. Después de su viaje a México en 1944 realiza importantes investigaciones musicales. Publica La música en Cuba en México (1945). 1949 es el año en que publica en México El reino de este mundo. Inicia el 1ro. de junio en El Nacional de Caracas la sección Letra y Solfa que se mantendrá hasta 1961. Se imprime en México Los pasos perdidos (1953), para muchos su obra consagratoria. Con este libro gana el premio al mejor libro extranjero, otorgado por los mejores críticos literarios de París. En Buenos Aires se edita El acoso (1956). Publica en 1958 Guerra del tiempo. Regresa a Cuba en 1959 para manifestar su eterno compromiso con La Revolución Cubana. Es nombrado Subdirector de Cultura del Gobierno Revolucionario de Cuba (1960). El siglo de las luces ve la luz en México en 1962. Es designado ministro consejero de la Embajada de Cuba en París. Publica en París Literatura y conciencia política en América Latina que incluye los ensayos de Tientos y diferencias con excepción de «La ciudad de las columnas».
En 1972 se edita en Barcelona El derecho de asilo. Concierto barroco y El recurso del método son publicados en México en 1974. Es en este mismo año que recibe un extenso homenaje en Cuba por su setenta aniversario. Recibe el título de Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura hispánicas, otorgado por la Universidad de La Habana el 3 de enero de 1975. Se le confiere el Premio Mundial Cino del Duca y su retribución monetaria la dona al Partido Comunista de Cuba. En 1976 le es conferida la más alta distinción que concede el Consejo Directivo de la Sociedad de Estudios Españoles e Hispanoamericanos de la Universidad de Kansas, el título de Honorary Fellow. Es electo diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. En 1978 la más alta distinción literaria de España, el Premio Miguel de Cervantes y Saavedra, es recibida por Carpentier de manos del rey Juan Carlos. Dona al Partido Comunista la retribución material del premio.
La Editorial Siglo XXI publica La consagración de la primavera en 1979.
El arpa y la sombra se edita en México, España y Argentina.
Recibe el Premio Medicis Extranjero por El arpa y la sombra. Es el más alto reconocimiento con que premia Francia a escritores extranjeros.
Fallece en París el 24 de abril de 1980.

Escribió entre otros:

El camino de Santiago
Semejante a la noche
Viaje a la semilla

María




Una vez se nace, te acunan, te miman,

te dan alimento y te celan también,

te cubren del frío, te asean y cuidan,

acarician y besan muy suave tu piel.


Yo nací Cristina y de los cuidados

y la dulce inocencia feliz disfruté

y tuve tropiezos y sufrí caídas

hasta que un buen día me paré en dos pies


y tuve la mano, la guía, la estrella

tuve duendes, hadas y ángeles también

y aquella niñita de enaguas y soles,


dio paso a quien nunca quiso ser mujer

hoy estoy cansada y golpeada, sin fuerzas,

y quiero en vos, María, nacer otra vez.


03/10/06

martes, 8 de septiembre de 2009

Gabriel García Marquez




Fue en unas vacaciones de verano que llegó a mis manos el primer libro que leí de García Marquez, Cien años de soledad. Yo no recuerdo cuántos días tardé en leerlo, sólo sé que no pude dejarlo, que le robé horas al sueño, a los quehaceres de la casa, a mis hijos pequeños... Recuerdo que la lectura me maravilló y me sumergió en Macondo y sus personajes, que por mucho tiempo fui testigo de sus vidas y compartí esa atmósfera cálida y atrapante de la que no pude ni quise huir.


Cien años de soledad (fragmento)

" Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
(...)
José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería jamás en la aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus trescientos habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.
(...)
Vio una mujer ve
stida de oro en el cogote de un elefante. Vio un dromedario triste. Vio un oso vestido de holandesa que marcaba el compás de la música con un cucharón y una cacerola. Vio a los payasos haciendo maromas en la cola del desfile, y le vio otra vez la cara a su soledad miserable cuando todo acabó de pasar, y no quedó sino el luminoso espacio en la calle, y el aire lleno de hormigas voladoras, y unos cuantos curiosos asomados al precipicio de la incertidumbre. Entonces fue el castaño, pensando en el circo, y mientras orinaba trató de seguir pensando en el circo, pero ya no encontró el recuerdo. Metió la cabeza entre los hombros, como un pollito, y se quedó inmóvil con la frente apoyada en el tronco del castaño.
(...)
En aquél Macondo olvidado hasta por los pájaros, dónde el polvo y el calor se habían hecho tan tenaces que costaba trabajo respirar, recluidos por la soledad y el amor y por la soledad del amor en una casa dónde era casi imposible dormir por el estruendo de las hormigas coloradas, Aureliano y Amaranta Ursula eran los únicos seres felices, y los más felices sobre la tierra.
"



Leí El amor en los tiempos cuando era más joven y me pareció un excelente libro, hace poco tiempo reviví la historia de amor de Fermina Daza y Florentino Ariza, y en este punto de mi vida, mi mirada cansada y descreída descubrió una conmovedora historia de amor magistralmente relatada, que sobrevive al tiempo y a todos los desencuentros de la vida y que triunfa en la tenacidad y la fuerza del que no se deja vencer y conserva a través de los años el amor en su corazón.


El amor en los tiempos del cólera (fragmento)

" Terminaron por conocerse tanto, que antes de los treinta años de casados eran como un mismo ser dividido, y se sentían incómodos por la frecuencia con la que se adivinaban el pensamiento sin proponérselo, o por el accidente ridículo de que el uno se anticipara en público a lo que el otro iba a decir. Habían sorteado juntos las incomprensiones cotidianas, los odios instantáneos, las porquerías reciprocas y los fabulosos relámpagos de gloria de la complicidad conyugal. Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron mas conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad. La vida había de depararles todavía otras pruebas mortales, por supuesto, pero ya no importaba: estaban en la otra orilla."



Gabriel García Marquez


sábado, 5 de septiembre de 2009

Mi suerte


Soñando despierta dibujo mi suerte,
buscando en el lienzo poder conocerte,
y mancho con grises la paciente espera,
pensando en los rojos que pintar quisiera.

Soñando despierta dibujo mi suerte,
y estás en mi tela mucho antes de verte,
y en los amarillos mi pincel te mira,
ve luz en tus ojos y en ellos mi vida.

Soñando despierta dibujo mi suerte,
con débiles trazos esquivo la muerte
y miles de azules y verdes me llaman,

y en ellos descubro a aquel que me ama.
Mi pulso seguro, mis sueños te entrega,
con vos a estrenar, colores me quedan.

Cris
26/10/2006

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dolor

Suena con fuerza el golpe reiterado, con la fuerza de la inocencia que poco a poco se vuelve experta al esquive, al ocultamiento, al escape y la mentira. Suena fuerte la palabra hiriente, el insulto que no deja de serlo a pesar de volverse el eco insistente del rechazo o lo que es peor de la cruel y total indiferencia. Suena fuerte la realidad que me golpea, me empaña el alma y me asombra todavía... Y es la fuerza de mi impotente asombro la que intenta en vano entender el maltrato de esa joven madre que descarga a gritos y golpes el peso de sus propias desventuras en el inocente presente que lleva de su mano.

En mi diario camino , recorriendo la distancia que me llevaba al trabajo, las veía. Y no fue una ni dos, muchas han sido las mamás, nerviosas, alteradas, furiosas, agresivas, lejanas, ausentes, idas, con uno, dos o varios hijos mostrando a la vista de todos la paciencia y el amor perdidos.

Y voy, más allá del tiempo a ese lugar donde las madres dulcemente protegían los pasos de sus hijos, donde cantaban canciones de cuna y olían a pan casero y cuidaban con amor y con desvelo de esas criaturas aferradas a su mano que suave, despacito y firmemente soltaban para que caminen seguras en la libertad del amor…

Y pienso en ellos, en esos niños que pronto caminarán en el patio de la escuela a mi lado, con paso ágil, mirada hostil, ahogando en frente mío su violencia y enojo con la vida, y me pregunto cómo transformar su dolor, su tristeza y desamparo en risas, cuentas y poesía.