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domingo, 17 de enero de 2010

Haití: La maldición blanca


 
Fotógrafo Shaul Schwarz  (saqueo en Puerto Príncipe, febrero 2004) 

 
Este artículo fue publicado en el diario Página12 el domingo 4 de abril de 2004. 
Hoy cobran más fuerza aún las palabras de su autor, Eduardo Galeano, ante el dolor que no se apiada de este pueblo, que reclama la mirada y la ayuda  del mundo entero.


El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.
Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.
Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.

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Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.
Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
De la maldición blanca, no se habló.

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La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado:
–¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?
–El anterior.
–Pues, que se restablezca.
Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.
Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.

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A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.
En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.

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En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.
La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.

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Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.
Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.
Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.

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En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso.
Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes.
En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.
Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.
Arte haitiano de la chatarra.


23 comentarios:

ruma dijo...

Yo ruego por ellos, también.

Hemos tenido un gran terremoto el 17 de enero de 1995 en el Lejano Oriente. Varios miles de personas pasaron.

El desastre natural es grave para un ser humano.

Saludos y un abrazo.

Pluma Roja dijo...

Nosotros también somos área de terremoto, pasamos uno terrible en el año 1976, fue devastador. ¡Claro que rogamos por ellos!

Me encantó el vídeo tiene fotografía preciosa.

Saludos cordiales desde Guatemala,

Hasta pronto.

Gizela dijo...

Terrible historia persigue a esta nación..
Pareciera que lo humano y lo divino, se ensañara con sus sueños y los quisiera negros como su piel
Esperemos, yo espero, yo tengo fe, de que de esta nueva terrible tragedia, salga la humanidad internacional, y en sacrificio de los aplastó la miseria, surja un país justo para su gente
Besos.

luisa maria cordoba dijo...

Esperemos que todo se vaya arreglando y que la ayuda llege para todos.
Ahora más que nunca hay que ser solidario.
Besos.

Genín dijo...

Magnifico post Cris, muy bien documentado y tan bien escrito que su lectura es muy amena y pone al dia sobre la historia de en su dia llamada "La perla del Caribe"
Yo también he escrito sobre Haití, pero para pedir dinero para ellos, un eurito por cabeza.
Sitos y salud

Katy dijo...

Gran periodista eduardo Galeano. Me encanta. Ojalá la ayuda llegue, la gente de todo el mundo se ha volcado, lo malo es que no hay suficientes voluntarios para distribuir la ayuda, y mucho pillaje es lo íltimo que he oído.
Muy buen post. Besos

aaaa dijo...

Mucha injusticia en la mayor parte del mundo pobre... y los que pueden "ayudar de Verdad" lo usan para demagogia. Buena oportunidad para Obama, hacerse merecedor de su premio Nobel (de momento tan inmerecido)

besos

Lady Jones dijo...

Lady Cris, uff! qué decir cuando uno se siente tan pequeño por la fuerza de la naturaleza, ganando o recuperando su terreno...
Hemos vuelto loco al mundo y solo sufren algunos... ¡es increíble!
No sé si pedir a Dios, al mundo, a mí misma, cambiar, ayudar...
Un beso.
Intenso post.
LADY JONES

mariajesusparadela dijo...

Buen post, Cris.

RGAlmazán dijo...

Una historia terrible que ha condenado a Haití a ser lo que es, una víctima del colonialismo.
Completo y pedagógico post. Gracias.

Salud y República

Liz dijo...

Es triste ver las imagenes...y sin poder hacer nada,,, bueno si llevando viveres a los centros de acopio..pero aún asi queda una sensación de que no estas haciendo nada...en estos casos que hacer,,, cuando los desastres naturales te sorprenden de esta manera.

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Un dolor insoportable la masacre de Haití.
Como siempre Eduardo Galeano pone el dedo en la llaga, pero nosotros, bienvivientes occidentales, sólo sabemos profundizar en la herida.
Qusiera ver un rayo de esperanza, pero cuando veo la pelea entre los paises por controlar, me invade la tristeza.
Piedra

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Sin tu permiso he copiado tu entrada de Haití en mi blog, espero que no sea molestia, en caso contario me lo dices y lo borro.
Un abrazo
Piedra

Luisa dijo...

Que post! Faz-nos pensar...

Obrigada Chris

Abraço

Luisa

Patricia dijo...

Cris, cuánto dolor y cuánta impotencia! toda ayuda es poca, la mirada de esa criatura en la foto del saqueo te lacera el alma!
excelente nota,
un fuerte abrazo.

MIGUEL NONAY dijo...

Hola Cris.

La naturaleza se enseña con los más débiles y desfavorecidos. Este terremoto en Japón, probablemente hubiera sido una anécdota por lo bien preparados que están. En Haití, a la catástrofe hay que unir la inestabilidad sociopolítica por la que atraviesa desde hace muchísimos años.


Muy buen reportaje.

Besitos y hasta la vuelta.


A Salto De Mata

Verdial dijo...

Realmente aterrador. Que pena que este pueblo lleve arrastrando el dolor desde tanto tiempo. El colofón ha sido lo último, lo peor.

Un abrazo

MATHILDE PRIMAVERA dijo...

Je constate que vous êtes toujours dans un élan de belle solidarité et d'engagement pour toutes les personnes qui souffrent à travers le monde ! Je vous trouve toujours aussi courageuse et généreuse de vous préoccuper de tout cela de bien près ! Pour ma part, je regarde tout ça super attristée de loin, je me sens tout à fait impuissante, mais forcément j'y pense, comment pourrais-je ne pas penser à toutes ces personnes se retrouvant dans le chao, même le mot cauchemar n'est pas assez fort !

Unseen India Tours dijo...

Oh this is so sad !! I have been reading these posts on many blogs !!My prayers for them.

Anónimo dijo...

Será que foi mesmo uma catástrofe natural? Será que não foi feito pelo homem? Mais vale por todas as hipóteses...
http://oficinadobosque.blogspot.com/2010/01/nova-base-americana-no-haiti-nao-apenas.html

Anónimo dijo...

Pois é CRIS e o que mais me deixa curiosa, foi um terramoto desta envergadura não ter uma única réplica imediatamente após o sismo e ser verificado outro terramoto 6.5 passados dias... não é normal, como não é normal o DN (Diário de Notícias) publicar uma notícia anunciando que a Turquia vai passar a sofrer abalos sísmicos!
De alguns sabem de antemão e de outros, não fazem ideia do que se irá passar?!

Aqui está a notícia:
http://dn.sapo.pt/inicio/ciencia/interior.aspx?content_id=1474084

Para a Turquia, já fazem estudos sobre falhas geológicas?! hummm.
É que a Turquia, está muito próxima do Irão...
Esperemos para ver.
Um abraço

Marucha dijo...

Esta entrada está muy comp0leta,muy original,y me encvantó el video.
Deseo que todos los seres sean libres,¿algún día se logrará?

CAMINANTE dijo...

Que fuerte. Que historia tan terrible, escapa a los limites de la realidad. Que la fe nunca abandone a los haitianos y la comunidad internacional presione mas, para que se haga justicia.